martes, 12 de febrero de 2013

Saudade.

  Esa palabra portuguesa que encontré de casualidad, esa es precisamente la palabra que llevo buscando desde que te conocí. No es un simple "te echo de menos" ni un simple "te extraño" no, es más fuerte que eso. Es un sentimiento que no se puede explicar, pero que duele y duele bastante. A veces, desearía que estuvieras aquí, a mi lado y que me abrazaras para darme cuenta de que el mundo no es tan terrible como parece, que en realidad, todo está bien y no te has olvidado de mí como acostumbro a pensar. 
 Siento que desde que te vi por primera vez, estoy metida en un mundo irreal, que las cosas que me han pasado, realmente no han sucedido y que tú no estás tan lejos como siento. 
  Llevo una larga temporada de bajona (pero soy profesional en disimularlo y sacar la mejor de mis sonrisas para enseñarsela al mundo) y hoy, después de tanto aguantar, he estallado, pero como siempre en el sitio equivocado y en el momento equivocado. Mi padre no hace más que decirme que sonría, que viva el presente y viva mi vida, que no tengo que preocuparme por el futuro. Pero mi problema no es el futuro... Mi problema eres tú, me paso todo el día pensando en ti, sin saber bien a bien por qué pienso en ti y sin saber por qué me siento como una estúpida hablando contigo o estando contigo. 
  Me encantaría decirte tantas cosas, pero no sé por dónde debo empezar ni como debo expresarme, porque me conozco, soy la número uno en cagadas y una vez la voy a cagar. 
  Solo deseo levantarme un día y que tú ya no estés en mi mente, pero si eso no es posible, al menos que no me duela tanto el pensar en ti...
 P.D: Saudade...

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