jueves, 29 de septiembre de 2011

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Llega un momento del día en que te paras a pensar en todos y cada uno de los acontecimientos, y es en ese momento cuando te das cuenta de cuanto han cambiando las cosas, de que has crecido y has madurado.
En ese momento, todo el mundo se queda mirando para ti y te pregunta qué te pasa, pero no respondes.
Posiblemente, te empiecen a salir lágrimas de los ojos y es normal, todos tenemos recuerdos muy duros en la memoria, pero al fin y al cabo, hay que levantar la cabeza y seguir adelante.
Tendrás páginas y páginas escritas de un diario y aunque te duela, quémalas, deja de recordar y disfruta de los nuevos sucesos que llenaran un millón de diarios.
Las alegrías vienen a cuenta gotas y por ello, son las que más deben durar.

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