Cientas de cartas rotas, que me recuerdan un pasado peor que el presente. Cientas de personas que me trataban como a una muñeca, pero que a fin de cuenta, yo quería. Miles de mentiras que me creí y otras tantas que lloré.
Un puñado de besos y otro de abrazos, que se alejan de la mano con el viento. Momentos que creí inolvidables, se borran poco a poco con el tiempo. Risas, llantos, ilusiones que no volverán.
Secretos compartidos, verdades a medias, todo un mundo de confusión y mentiras.
Un pasado acogedor, que prometía ser perfecto, se ha metido en las sombras del recuerdo y que jamás saldrá de ahí.
Personas que pensaba imprescindibles en mi vida, se han convertido en mis peores enemigas, haciendo sacar de mí actitudes que jamás pensé mostrar.
En tan solo un año perdí personas, cierto, pero también "gané" otras increíbles e insustituibles y sé de seguro, que no me estoy volviendo a engañar con una nueva fantasía de la vida.
Sé que no vale la pena recordar el pasado, que lo hecho, hecho está, pero necesitaba sacar lo que me comía por dentro y me hacía sentir vulnerable, a fin de cuenta es parte de mi historia, aunque no el mejor capítulo. Sé que, a partir de ahora, los capítulos de mi vida, no podrán ser plasmados en simples hojas de papel, por el simple hecho de que no sabría expresar lo que siento en cada momento. He quemado el libro repleto de malos momentos, para que sea sustituido por uno lleno de aventuras increíbles e historias incontables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario